Últimamente pongo mucha atención en qué y a quién doy mi atención.
Tu atención es la columna vertebral de tu tiempo, porque tu atención sostiene en qué inviertes tu tiempo.
Y no cualquier tiempo: el de calidad.
Piénsalo.
Puedes estar físicamente con tu esposa, tu hijo o un ser querido, pero estás pensando en trabajo.
Entonces tu atención está en el trabajo, que no sólo está tomando tu tiempo de trabajo, sino también tu tiempo de calidad con tu familia.
Descubrí que la única forma de cambiar esto es ordenando el interior de la mente y conectarla con el corazón.
Que no basta ordenar prioridades y declarar con la boca qué es lo más importante. Sino que hay que educar la cabeza.
Acciones pequeñas y constantes que taladren la mente para hacerle entender en dónde debe estar la atención.
Por ejemplo, dejar para después el avance de un reporte que no es urgente con tal de salir un poco más temprano para estar en familia.
O rechazar una llamada de tu jefe fuera de horario de oficina y en horario familiar (o ignorarlo en whatsapp).
Todo el tiempo hay cosas y personas queriendo robar nuestra atención. Por eso necesitamos cuidarla como si fuera oro.
Por eso corto hasta aquí este escrito y te regreso tu atención, para que la pongas donde debe estar.