Nunca le quites a tu padre el derecho a ejercer su paternidad.
Hace 10-12 años cuando comenzaban mis 20’s recuerdo pensaba: “¿para qué me espera despierto mi papá hasta las 2:00 - 3:00 a.m. que llego a casa, si ya soy adulto y puedo cuidarme solo?”
Hoy, con 4 hijos, hasta hace unos meses pensaba: “¿para qué se preocupa tanto mi papá por mi y mi familia?”
Entonces me di cuenta que para el espíritu paternal no hay edad.
Entonces me di cuenta que estaba haciéndome la pregunta incorrecta.
No había un para qué, sino un porqué.
Volteo, veo a mis hijos y sólo pienso que voy a deshacerme en pedazos por ellos aún cuando tenga 80 años y ellos 50.
Comprendí que el sello de la paternidad es indeleble y queda marcado en el corazón.
Comprendí que el pellejo se envejece y que las canas aparecen, pero que un corazón de padre ese nunca desvanece.