No escucha el consejo de su mujer porque se siente más grande que ella, y su aparente grandeza le nubla la vista.
Pero esa grandeza es como la de una mano fracturada: hinchada y grande en apariencia, pero débil y enferma y sin capacidad verdadera.
Ya lo decía un viejo sabio: “el hombre que está hinchado por la soberbia parece grande, pero no está sano.”
Si de verdad quieres alcanzar el potencial que guarda tu ser hombre, escucha y pon en práctica los consejos y recomendaciones de tu mujer.
Detrás de sus palabras, que a veces sientes como necias, se oculta una sabiduría que busca iluminar tus días.