No hay peor cosa para un hombre que el sentir que su mujer no logra ver todo su esfuerzo.
No hay peor cosa para una mujer que el sentir que su hombre no logra ver todo su valor.
Ambos necesitan amor, respeto y cuidado. Simplemente cada uno necesita que se le presente de manera diferente.
Tal vez tú prefieras comer caldo de pollo, pero yo prefiero caldo de pescado. Ambos nutren; nos ponen sanos y nos hacen vivir bien. Pero en ti no causa el mismo gusto el pescado, a como sí lo hace el pollo.
Y parte de la “magia” del amor, es buscar el gusto del otro.
Incluso cuando cuesta más “cocinar” la receta que sé que el otro disfruta más.
Incluso cuando se siente que la presentación de esta “comida” va contra nuestra personalidad.
Porque el amor todo lo cree, todo lo puede y todo lo transforma.
Porque el amor puede ser todo, menos egoísta.
Te lo dice un hombre que solía ser poco expresivo y cariñoso, pero que se enamoró de una belleza que su “alimento” favorito son mis palabras, besos y cariños.
Y perdón por mezclar algo tan delicado y grande, como el amor, con algo tan grotesco para algunos, como el caldo de pescado.
(Aunque habría que admitir que estos últimos tienen un mal gusto)
Pero en fin ¿Qué no es eso el amor, un alimento para el alma?